No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha
requiere de una buena semilla, buen abono y un riego apropiado… Normalmente al
plantar la semilla, el agricultor no se queda frente a la semilla sembrada,
esperando su crecimiento, porque sabe perfectamente que todo necesita su
tiempo.
Cultivar bambú japonés no es apto para impacientes. Su
proceso es distinto al de otros. El bambú japonés, es una de las plantas más
lentas en crecer en todo el mundo… Durante los primeros siete años, es muy poco
lo que se puede apreciar de su crecimiento, quizás un cultivador inexperto, no
tendría la suficiente paciencia y abandonaría el proyecto.
Sin embargo, al llegar al séptimo año, en sólo seis semanas
la planta de bambú crece más de treinta metros… ¿Qué ocurrió? ¿Por qué no
crecía durante los primeros siete años? No es que no creciera, sino que,
durante los primeros siete años de aparente inactividad, el bambú estaba
generando un complejo sistema de raíces, que le permitiera sostenerse cuando
empezara el crecimiento.
Nuestra vida es muy parecida a la del bambú, deberíamos
tener paciencia y esperar a que en nuestro interior se genere primero una
transformación que nos lleve a la madurez y a que se formen raíces
espirituales, para que podamos estar sustentados en una base sólida y entonces
crecer.
No podemos saltarnos las etapas propias de la vida. No
debemos pretender «hacer», sin pasar por todo el proceso que nos llevara a «ser»
… «Tal vez si en este momento estas pasando por una situación de incertidumbre
y no estás consiguiendo lo que tanto estás anhelando, ten paciencia quizás Dios
todavía no terminó de desarrollar las raíces tan necesarias para tu
crecimiento»
Santiago 1:4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para
que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
Hebreos 10:36 porque os es necesaria la paciencia, para que,
habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
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