martes, 11 de enero de 2022

COMO ENTENDER LA PALABRA


 COMO ENTENDER LA PALABRA

Ocúpate en la lectura (de la Palabra de Dios),

la exhortación y la enseñanza…

Ocúpate en estas cosas.

1 Timoteo 4:13, 15.


¿Entiendes lo que lees?…

¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare?

Hechos 8:30-31.

La Biblia:

¿Cómo Leerla y Estudiarla? (1-3)

Según un sondeo hecho en Francia, el 71% de las personas interrogadas afirmó que entre los personajes más célebres, Jesucristo es aquel cuyos pensamientos mejor conocen. Pero sólo el 23% de esas mismas personas declararon haber leído la Biblia. Entonces uno puede preguntarse de dónde sacan sus conocimientos acerca de Jesucristo. Quizá de una película sobre la vida de Jesús, la que sólo es una interpretación de su vida y de su enseñanza.


En efecto, no podemos tener un conocimiento justo y preciso de Jesucristo sin haber leído la Escritura. No se obtiene la fe cristiana sólo por lo que otros dicen sobre Jesucristo, sino que la fe viene por “el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Ni la educación cristiana ni los libros de historia son suficientes para fundamentar nuestra fe.


A veces se oye decir: –Traté de leer la Biblia, pero fui desalentado por las dificultades. Es posible, pero seamos sinceros: –¿Puede usted, después de haber leído un libro de matemáticas, pretender haber asimilado su contenido? No, todos los estudiantes le dirán que no basta leerlo, sino que se debe estudiarlo, hacer ejercicios y a menudo dejarse ayudar.


Así ocurre con la Biblia, que es a la vez sencilla y difícil de entender. Para aquel que la lee con confianza, le habla a su corazón y a su conciencia. Pero el que quiere juzgarla no conseguirá entender su sentido profundo. Es, pues, necesario leerla con humildad, fe y oración.


Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna

sino a Jesucristo, y a éste crucificado.

1 Corintios 2:2.


(Testificando)… acerca del arrepentimiento para con Dios,

y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.

Hechos 20:21.

La Biblia:

¿Dónde está la Verdad? (2-3)

Muchas personas leen la Biblia pero no todos la interpretan de la misma forma. ¿A quién se debe creer? Es una pregunta muy legítima. No equivocarse acerca del mensaje de la Palabra de Dios es primordial. He aquí algunas sugerencias sencillas para no ser engañado:


– El agua de un río es más pura cerca de la fuente que kilómetros más abajo. Asimismo, el mensaje de la Escritura puede ser deformado por todas las interpretaciones que se le dan. De ahí la necesidad de leer la Biblia misma y no aceptar interpretaciones sin buscar primeramente en la fuente.


– Además, Jesucristo dijo que Dios se reveló a los niños. Cada uno puede, pues, hacer un examen muy sencillo: lo que pretenden explicarme de la Biblia, ¿Lo puede comprender un niño o es un mensaje complicado, simbólico, reservado a los expertos?


– Ya que la Palabra afirma ser enteramente inspirada por Dios, preguntémonos si lo que nos dicen nos ayuda a comprender lo que leemos o si sólo se apoya en algunas expresiones aisladas de su contexto.


– Finalmente juzguemos, si en todo lo que se nos enseña, se le da a Jesucristo el primer lugar, tal como lo vemos en la Palabra, pues así es como debe ser.


Leámosla, pues sólo ella transforma la vida y la muerte. Sólo ella libera y da la paz, la fuerza, la felicidad y la esperanza.


La Biblia:

¿Cómo Comprenderla? (3-3)


Fueron halladas tus palabras, y yo las comí;

y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón.

Jeremías 15:16.


Sin cesar damos gracias a Dios,

de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros,

la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad,

la palabra de Dios.

1 Tesalonicenses 2:13.


¿Cuál es la actitud que debemos tener para comprender el mensaje espiritual de la Biblia? Abrir la Biblia sin haber pedido a Dios, de todo corazón, que su lectura sea nutritiva para nuestra alma, nos expone a no sacar provecho alguno de ella.


Para comprender la Palabra necesito la ayuda de Dios, pero también es preciso que mi mente esté:


– Disponible: primeramente tomándome tiempo para leer el texto bíblico.


– Abierta: poniendo a un lado mis prejuicios, dejándome interpelar por ella con un espíritu de humildad y fe. En efecto, es Dios quien me habla; puedo confiar en él porque me ama y siempre me dice la verdad.


– Receptiva: Dios me revela sus pensamientos, me ofrece su amor, se da a sí mismo. Recibo todo esto como un regalo.


– Obediente: porque la fe conduce a obedecer. Cuando Dios me habla, mi respuesta debería ser espontánea: hacer lo que él me dice.


El mensaje central de la Palabra es que Dios es amor y dio a su Hijo muy amado. Cuando la leemos con confianza, Dios nos atrae hacia Cristo, su Hijo unigénito, el Salvador. Al recibir su mensaje, recibimos a Jesús, el Salvador. Él es el único camino para conocer a Dios como nuestro Padre.