De nuevo se hicieron amigos el ingenuo asno y el león para
salir de caza. Llegaron a una cueva donde se refugiaban unas cabras montesas, y
el león se quedó a guardar la salida, mientras el asno ingresaba a la cueva
coceando y rebuznando, para hacer salir a las cabras.
Una vez terminada la acción, salió el asno de la cueva y le
preguntó si no le había parecido excelente su actuación al haber luchado con
tanta bravura para expulsar a las cabras.
-- ¡Oh sí, soberbia -- repuso el león, que hasta yo mismo me
hubiera asustado si no supiera de quien se trataba!
Si te alabas a ti mismo, serás simplemente objeto de la
burla, sobre todo de los que mejor te conocen.
<Gálatas 6:7 (TLA) No crean ustedes que pueden engañar a
Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado.>
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