Sin la constancia, la fe y la
esperanza, nadie alcanza la meta con un solo intento… ni perfecciona su
vida con una sola rectificación.
Sin la constancia, la fe y la esperanza, nadie alcanza la
altura necesaria con un solo vuelo... nadie camina la vida sin haber pisado en
falso muchas veces... nadie recoge su cosecha, sin sembrar muchas semillas y
abonar la tierra.
Sin la constancia, la fe y la esperanza, nadie mira la vida
sin acobardarse en muchas ocasiones… ni nadie llega a puerto sin remar muchas
veces... nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin
sentir sus espinas...
Sin la constancia, la fe y la esperanza nadie hace obras sin
golpear y destruir parte de su edificio, ni cultiva la amistad sin renunciar a
sí mismo... nadie puede juzgar a otro sin reconocer primero su propia
debilidad... nadie conoce la oportunidad
hasta que ésta pasa por su lado y la deja ir... nadie encuentra el pozo del
placer hasta experimentar la sed del desierto...
Y nadie puede sentir, la paz y el amor si no permite la
presencia de Jesús dentro de su corazón...
<Romanos 12:11,12 (TLA) Trabajen con mucho ánimo, y no
sean perezosos. Trabajen para Dios con mucho entusiasmo. Mientras esperan al
Señor, muéstrense alegres; cuando sufran por el Señor, muéstrense pacientes;
cuando oren al Señor, muéstrense constantes.>
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