martes, 29 de agosto de 2017

MANTÉN TU ESPERANZA

MANTÉN TU ESPERANZA
A lo largo de tu vida, ¿alguien te ha desilusionado? ¿Has perdido la esperanza a causa de ello?
Quiero decirte que Dios anhela que no te desilusione con nada ni con nadie. El deseo de Dios para tu vida es que las cosas de esta vida no te frenen de tu poder ser feliz cada día, aparte de cualquier situación. Esto no es solo un buen deseo que tengo para ti, sino es la verdad de nuestro Padre Celestial. Tú eres muy importante para nuestro Señor.
Para ello es necesario que: Nunca pongas tu esperanza en las palabras de la gente, sino en la Palabra de Dios.
Tu esperanza no debe estar donde te pone la gente, sino donde te pone Dios. En un ambiente donde vemos “apóstoles y profetas” por todas partes, deja que los títulos te los ponga Dios.
No te preocupes tanto por el reconocimiento que da la gente. La mayoría de la gente solo piensa en ellos, no en ti, tú eres uno más que giras alrededor de la vida de esa persona. Cuando te sientes víctima o sientes que por qué esa persona o personas te tratan así, ya perdiste felicidad, porque la gente es incapaz de mantenerte feliz todo el tiempo.
No pongas tu esperanza en lo que la gente ve, sino en la visión que Dios te dio. Piensa en grande. La gente jala hacia abajo, pero Dios te dice mira las estrellas y trata de contarlas todas. O sea, lo grande y maravilloso que Dios tiene para ti no se acaba de contar.
No te límites… Tampoco pongas tu esperanza en las circunstancias, sino sólo en Dios.
Nunca pongas tu esperanza en lo que sientes, sino en tu experiencia con Dios, pues la emoción dura un momento, pero Jesús existe para siempre.
Aunque pases momentos de duda y desilusión, recuerda la experiencia que has tenido con Dios, trae a tu memoria lo que Él hizo por ti. Y testifícate a ti mismo. créeme, eso funciona, cuanto tú mismo haces memoria de las bendiciones de Dios para ti, tu fe aumenta con super potencia.
No dejes de confiar en Dios, porque sólo así recibirás un gran premio. Se fuerte, y por ningún motivo dejes de confiar en él cuando estés sufriendo, para que así puedas hacer lo que Dios quiere y recibas lo que él te ha prometido.
Pues Dios dice en la Biblia: «Muy pronto llegará el que tiene que venir. ¡Ya no tarda!”  <Apocalipsis 3:11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.>



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