– Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que
pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
– No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere
a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
– Cuando diga palabrotas, festéjela. Esto lo animará a hacer
cosas más graciosas.
– No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace.
Podría crearle complejos de culpabilidad.
– Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa,
juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
– Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que
sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se
llene de basura.
– Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a
él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia
conducta, quede destrozada para siempre.
– Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar
que para disponer del mismo es necesario trabajar.
– Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y
placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
– Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con
sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su
hijo y que de verdad quieren fastidiarlo. (Del Juez Emilio Calatayud)
Dios te dice:< Gálatas 6:7 No crean ustedes que pueden
engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado. >
Y acabo contándote esto: - Un padre le dice a su hijo ¡Ten
siempre cuidado por donde caminas! A lo que el hijo le responde: ¡Ten cuidado tú,
recuerda yo sigo tus pasos!
Dios te Bendiga
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