El ansia o el afán aún para hacer el bien nos hace daño, el
ansia o el afán debemos desecharlo, tenemos que hacer un alto en nuestro
caminar y reflexionar… La palabra de Dios dice: <Filipenses 4:6,7 (TLA) No
se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y
sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo
no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los
que ya son de Cristo.>
Para ello lo primero que debemos entender es que nosotros
somos herramientas en las manos de Dios, así que si Dios no lo hace en vano
nosotros nos esforzamos… <Salmos 127:1 (TLA) Si Dios no construye la casa,
de nada sirve que se esfuercen los constructores. Si Dios no vigila la ciudad,
de nada sirve que se desvelen los vigilantes.>
Algunos nos convertimos en exhortadores profesionales y
encima nos lo creemos y pretendemos hacer un pueblo de Dios perfecto, Sin
fisuras y no nos damos cuenta de que nosotros mismos no lo somos.... olvidando
que Dios es mucho más paciente que cualquiera de nosotros infinitamente.
Esto es mi amigo mi hermano es solamente un pensamiento una
reflexión que el espíritu ha puesto en mí.
Perdóname señor ayúdanos señor a ser más calmados y más
pacientes en ti, ayúdanos a descansar en ti esperando con toda certeza que tu
hagas tu obra.
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