Hijo mío que estás preocupado, confundido, desorientado,
solitario, triste y angustiado... Sabes que Yo conozco tu nombre y lo pronuncio
bendiciéndote porque te amo… Acuérdate de mí.
No te preocupes, quiero que sepas que siempre estaré
contigo, que nunca te abandonaré y que cada día tendrás el pan necesario.
Deseo que siempre hagas mi voluntad, porque mi voluntad es
que seas feliz… Solo te pido que en toda circunstancia te acuerdes de mí,
siempre te escucho y siempre cuido de ti, solo acuérdate de mi
No estás solo porque yo habito en ti, “Nunca olvides que te
amo desde el inicio de tus días y que te amaré hasta el fin de los mismos,
porque mi amor por ti, es incondicional”
Recuerda hijo mío siempre mis palabras: <Isaías 41:4 ¿Quién
realizó esto? ¿Quién lo hizo posible? ¿Quién llamó a las generaciones desde el
principio? Yo, el Señor, soy el primero, y seré el mismo hasta el fin.»>
Recuerda toma el ejemplo de David y ven a mí: <Salmos 143.10
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe
a tierra de rectitud.> y Yo te Bendecire.
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