Creo que el triunfo en la vida, no se basa en las riquezas
ni el poder o reconocimiento social, sino con el respaldo de Dios entender cuál
es mi papel en esta vida y cumplirlo de la mejor manera posible. En ningún caso
dependerá tan solo de mi esfuerzo, de tener suerte, de magia, de amistades, ni
de la casualidad, sino de mi obediencia a la voluntad de Dios para mi vida.
La palabra lo dice y yo lo creo que en la vida recogemos lo
que hemos sembrado, así quiero y deseo que, con la ayuda de Dios, trataré de
sembrar a mí alrededor paz, amor, paciencia, gozo, tolerancia, en fin, como
dice la regla de Oro… trataré a los que están a mí alrededor, como quiero que
ellos me traten a mí.
<Mateo 7:12 Así que, todas las cosas que queráis que los
hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto
es la ley y los profetas.>
“Y todo eso no lo haré por obligación o imposición. Ni
siquiera lo haré para ganarme el cielo, lo haré simplemente porque CREO, QUIERO
Y DESEO”.
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