Cada dia avanzando sin bajar la guardia… <Salmos
119: 13-15 (TLA) Siempre estoy repitiendo las enseñanzas que nos diste. En
ellas pongo toda mi atención, pues me hacen más feliz que todo el oro del
mundo.> La riqueza en sí no tiene nada de malo, pero puede llegar a engañar
al hacernos pensar que el dinero es la respuesta a todas nuestras necesidades.
David sabía que quería y oraba: <Salmos
119:35-37 Guíame por la senda de tus mandamientos, Porque en ella tengo mi
voluntad. Inclina mi corazón a tus testimonios, Y no a la avaricia. Aparta mis
ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.> La riqueza de la
obediencia (la verdadera riqueza) les pertenece a todos los que caminan con el
Señor.
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