<Deuteronomio 30:3 (TLA) Dios les
tendrá compasión y los volverá a bendecir…> "El Señor hará volver a tus
cautivos."
¡Cuán terrible es la servidumbre cuando
un hijo de Dios es vendido al pecado, es encadenado por Satanás, es privado de
su libertad, desposeído de su poder en la oración y de su deleite en el Señor!
Velemos y Oremos para no caer en tal
cautividad; pero si esto ya nos ha sucedido, de ninguna manera hemos de
desesperar… No podemos ser mantenidos en esclavitud por siempre. Jesucristo es
la llave, Él ha pagado un precio demasiado alto por nuestra redención para
dejarnos en mano del enemigo. Él es el camino a la libertad, “Volvámonos a él, Jesús nuestro Señor y Dios."
Volvamos y Confesemos el pecado al pie de
la cruz de Cristo y allí encontraremos perdón, liberación y entonces nuestra
cautividad terminará.
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