Había una vez un hombre que calumnió
grandemente a un amigo suyo, y todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito
que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina
que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien
le dijo:
- "Quiero arreglar todo lo que hice,
¿cómo puedo hacerlo?", a lo que el sabio respondió: - "Toma un saco
lleno de plumas ligeras y pequeñas y suéltalas donde quiera que vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil
tomó el saco lleno de plumas y en el cabo de un día las había soltado todas. Volvió
donde el sabio y le dijo: - "Ya he terminado", entonces el sabio
contesto: "Esa era la parte fácil... ahora debes volver a llenar el saco
con esas mismas plumas que soltaste, sal a la calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste pues sabía
lo que eso significaba, y no pudo juntar casi ninguna. Al volver el hombre
sabio le dijo: - "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que
volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el
daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer ahora es pedirle perdón a tu
amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste.
¡Buena Noticia! Aunque el daño ya está
hecho y no tiene arreglo, pero si reconoces tu error y pides perdón, igual el
hombre no perdone pero Dios sí.
Dios nos da segundas oportunidades, a mí
me ha sucedido, mis errores los he pagado caro, pero el Señor me ha perdonado y
soy diferente y la Paz ha llenado mi vida, su palabra dice: <Apocalipsis 3:19,20
Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He
aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.> _ Invítale a pasar y recibe su
Bendición.
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