Claro que quien alumbra no soy yo sino Cristo en mí y no me
refiero a la superficialidad de la vida o de mis apariencias, sino al cambio
profundo que ha ocurrido en mi alma y mi ser.
Yo estaba perdido, mi corazón y razón estaban confusas, yo
renegaba de todo y personalmente nada me hacía feliz, buscando mi propia
destrucción.
Eso cambió, desde que Cristo entró en mi vida mi vida, ha
girado 180 grados y los que me rodean eso lo perciben y yo también. ¡Gloria a
Dios!
<Mateo 5:16 BLP «Pues así debe alumbrar vuestra luz
delante de los demás, para que viendo el bien que hacéis alaben a vuestro Padre
celestial.»> ya no valoro si mucho o poco lo que si se es que soy de Cristo.
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