¿Saben? A veces Dios se convierte en un
pañuelo de lágrimas a quien nos acercamos pero no para que nos libre de
nuestros problemas, sino para "quejarnos" y nuestras oraciones están
llenas de quejas, ira, e incluso rabia, pero pocas veces le decimos a Dios que
confiamos en Él, que conoce nuestros problemas y los puede solucionar.
Cuando Pedro caminaba sobre el agua, cuenta la Biblia que quitó su mirada de Jesús y fue entonces cuando empezó a hundirse. Cada vez que sientas que te hundes, debes volver tu vista y Él extenderá su mano y te levantará. (Hebreos 12:2. puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.)
Cuando Pedro caminaba sobre el agua, cuenta la Biblia que quitó su mirada de Jesús y fue entonces cuando empezó a hundirse. Cada vez que sientas que te hundes, debes volver tu vista y Él extenderá su mano y te levantará. (Hebreos 12:2. puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.)
“De la misma forma, cuando estés
orando no debes tener a tus problemas como centro, sino a Jesús” (Hebreos
14:16. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.)
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