El hombre más lento que no pierde de vista el fin, tarde o
temprano llega, por lo contrario, los veloces que van sin dirección ni meta
nunca llegan a ningún sitio y acaban desmayando… Marquemos una meta un destino,
tengamos una dirección, luego miremos que sea la correcta porque sin dirección
no tiene sentido la vida. <Eclesiastés 9:7,8 (BLP) Anda, come con alegría tu
pan y bebe contento tu vino, porque Dios ya ha aprobado tus obras. 8 Ponte en
todo momento vestidos blancos y que no falte perfume en tu cabeza.>
Sé que es mejor cojear por el camino de la vida que avanzar
a grandes pasos fuera de él (esto lo he comprobado) aunque avance poco por mis
defectos, por mi cojera, me acerco a la meta, mientras que quien va fuera del
camino, aunque vaya rápido, cuanto más corre, más se aleja y (esto también lo
he comprobado) asique ahora no pierdo de vista mi meta.
Yo personalmente se lo que quiero y en quien creo y hay esta
mi dirección. <1 CORINTIOS 9:26 (BLP) En cuanto a mí, no corro a ciegas, ni
lucho como quien da golpes al aire.>
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