A ti que estás preocupado, confundido,
desorientado, solitario, triste y angustiado... Yo conozco tu nombre y lo
pronuncio bendiciéndote porque te amo.
No estás solo porque yo habito en ti,
juntos construiremos este Reino del cual serás mi heredero. Deseo que siempre
hagas mi voluntad, porque mi voluntad es que seas feliz.
No te preocupes, quiero que sepas que
siempre estaré contigo, que nunca te abandonaré y que cada día tendrás el pan
necesario, pero aprende a compartirlo con tu prójimo.
Debes saber que siempre perdono todas tus
ofensas, aun sabiendo que repetirás algunas de ellas, por eso te pido que hagas
lo mismo con los que te ofenden.
Mi deseo es que nunca caigas en la
tentación, así que sujétate bien fuerte de mi mano y confía siempre en mí, para
que Yo pueda librarte del mal.
“Nunca olvides que te amo desde el inicio
de tus días y que te amaré hasta el fin de los mismos, porque mi amor por ti,
es incondicional”
Recuerda que Yo soy el que mi profeta
dijo: <Isaías 41:4 (NVI) ¿Quién realizó esto? ¿Quién lo hizo posible? ¿Quién
llamó a las generaciones desde el principio? Yo, el Señor, soy el primero, y
seré el mismo hasta el fin.»>