Señor gracias por todo, lo bueno y lo
menos buenos, hasta lo que no me parece tan bueno y que algunas veces no me
gusta nada ¡Gracias! Porque estoy seguro que todo obra en mi beneficio siempre
que espero y confió en ti.
<Habacuc 3.17-18 (TLA) Aunque no den
higos las higueras, ni den uvas las viñas ni aceitunas los olivos; aunque no
haya en nuestros campos nada que cosechar; aunque no tengamos vacas ni ovejas,
siempre te alabaré con alegría porque tú eres mi salvador.>
Una cosa te demando hoy… sigas tu siendo
mi aliento y mi sustento asique pon en mi un corazón agradecido siempre,
siempre y siempre. Confiado estoy en ti… siempre, siempre y siempre.
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