<Mateo 7:1-4 (TLA) »No se conviertan
en jueces de los demás, y así Dios no los juzgará a ustedes. Si son muy duros
para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con ustedes. Él los
tratará como ustedes traten a los demás.>
Tú, que te quejas y reclamas lo que no
recibes, ¿has pensado en lo que no das?... Tú, que te lamentas porque sufres,
¿te has dado cuenta de cuánto haces sufrir?... Tú, que condenas a los que se
equivocan y fallan, ¿te das cuenta de tus propios fallos?...
Tú, que te quejas de la soledad, ¿eres
una buena compañía?... Tú, que anhelas la unidad, la armonía y la concordia,
¿has combatido la discordia en tu propia vida, en tu propio hogar?...
“Tú, que te consideras buen cristiano, ¿renuncias a tu Yo por tu prójimo?
Tú, que tanto desconfías ¿eres digno de
confianza? ¿Alguna vez te has analizado con sinceridad?... dice Jesús: <Mateo
7:1-4 (TLA) » ¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta
de las muchas cosas malas que haces tú? Es como si te fijaras que en el ojo del
otro hay una basurita, y no te dieras cuenta de que en tu ojo hay una rama.
¿Cómo te atreves a decirle a otro: “Déjame sacarte la basurita que tienes en el
ojo”, si en tu ojo tienes una rama?> ¿son para ti estas palabras? no te preocupes
también para mí. “Primero Mírate Tú”.
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