JER. 20:9 Había en mi corazón como un fuego ardiente metido
en mis huesos; traté de contenerlo, y no pude.
No puedo callar, he de contar las maravillas que han ocurrido en mi, mi
salvación mi libertad mi paz, también son para ti, porque a esto he sido llamado,
y aunque muchos no quieren que esto haga, esto precisamente hare.
HECHOS 4:20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos
visto y oído.
I CO.9:16,18 Porque si predico el evangelio, no tengo nada
de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de hacerlo; pues ¡ay de mí si no
predico el evangelio! ¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Que al predicar el
evangelio, pueda ofrecerlo gratuitamente sin hacer pleno uso de mi derecho en
el evangelio.
Hay una necesidad dentro de mí, no puedo parar de alabar su
nombre, de estar en su presencia
II CO. 5:14 El amor de Cristo nos constriñe.
MR. 5:19 Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán
grandes cosas el Señor ha hecho por ti, y cómo tuvo misericordia de ti. ¡DIOS
TE AMA!
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