Dios es “muy limpio… de ojos para ver el mal”
(Habacuc 1:13), su naturaleza tiene horror al pecado, su santidad lo
rechaza y su justicia lo castiga. El rey David dijo: “No he visto justo
desamparado” por Dios (Salmo 37:25); sin embargo Jesús, el único
verdaderamente justo, sí lo estuvo, porque cargó con nuestros pecados como si
fuesen los suyos. Entonces Dios ejecutó sobre él el juicio que nosotros
merecíamos. ¡Qué angustia nos revela el clamor que puso fin a esas horas: “Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46).
Los
dolores de un crucificado son atroces, y Jesús pasó por ellos como todos los
que sufrieron el mismo suplicio. Sin embargo, éstos no se pueden comparar con
los sufrimientos morales que Jesús tuvo que soportar de parte de Dios cuando “llevó
él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” (1 Pedro 2:24).
Grande es su misericordia hoy y por los siglos,
inmensurable su Amor, el todo lo hizo por mi. (Capacítame Señor para entenderlo
y recibirlo Amen)
DIOS TE BENDIGA_edu74
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