SALMO 62:1-2 “Solo en Dios encuentro paz; mi
salvación viene de él. Solo él me salva y me protege. No caeré, porque él es mi
refugio”. El me impulsa.
Nuestros días, regularmente, se ven
sacudidos por una neblina gigante de muchas actividades como trabajo, comidas,
reuniones y asuntos domésticos. Y aunque individualmente estas responsabilidades
son pequeñas, cuando se combinan día tras día, pueden crear tensiones y
conducirnos al agotamiento.
Cuando esto ocurre, debemos dar los siguientes dos pasos:
Primero, debemos encontrar el tiempo suficiente para estar quietos delante del
Señor y descansar en Él. En una hermosa escena del evangelio de Marcos, Jesús
dijo a sus discípulos: “Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad
un poco” (MARCOS 6:31).
Descansar en Dios renueva nuestra alma y
aquieta nuestra mente apresurada, capacitándonos para recibir de Su fortaleza,
de Su impulso.
Segundo, frecuentemente debemos preguntarnos. ¿Todas estas actividades en mi vida
son necesarias y han sido escogidas por Dios? Consultémosle, no avancemos
adelante sin saber si esa es su voluntad. Su palabra es nuestra guía, en El siempre
hay una respuesta.
JEREMIAS 33:3 Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y
ocultas que tú no conoces.
Esencialmente, Dios desea que bajemos la
velocidad y que nos demos cuenta de que nuestra vida está en Sus manos. Con
esta seguridad, podemos sustituir nuestro esfuerzo por el descanso y la
confianza.(Él nos impulsa)
Hoy mismo pídele a Dios que te revele
cualquier área de tu vida en la que estés “esforzándote” innecesariamente y en
El encontrarás esa paz que sólo Dios te puede dar.
Ora conmigo: Gracias Dios mío porque Tú eres mi único refugio. Ayúdame a ver qué
actividades en mi vida no han sido escogidas por Ti o no son de tu agrado para
desecharlas y dame tu luz para comprenderte y conocerte mejor, impúlsame. Por
Cristo Jesús, amén.
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