Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente
fracaso cuando no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta que de todos modos opinan.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mí mismo. Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta que de todos modos opinan.
Temía me rechazaran, hasta que entendí que debía tener fe en mí mismo. Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.
Temía
al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia
Temía al
ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que es sólo mi proyección mental y ya no puede herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que es sólo mi proyección mental y ya no puede herirme más.
Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Temía y temía hasta que conocí el verdadero Amor: <1 Juan
4:18 La persona que ama no tiene miedo. Donde hay amor no hay temor. Al
contrario, el verdadero amor quita el miedo. Si alguien tiene miedo de que Dios
lo castigue, es porque no ha aprendido a amar.> todo consiste en el Amor
verdadero que es en Cristo Jesús.
Hagamos que nuestras vidas cada día tengan más vida y si nos
sentimos desfallecer no olvidemos que al final siempre hay algo más.
Hay que vivir ligero porque el tiempo de morir está fijado. <Eclesiastés 3:1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.>
Hay que vivir ligero porque el tiempo de morir está fijado. <Eclesiastés 3:1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.>
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