Dios nos creó para hacer buenas obras. <EFESIOS 2:10
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.>
Pero nuestras obras en sí mismas, y por sí mismas, no tienen
ningún mérito, El objetivo de las buenas obras no es llamar la atención sobre
nosotros mismos, sino glorificar al Señor, porque por el somos salvos y damos
frutos, porque por esto nos conocerán y así miren a nuestro Padre celestial y
Él sea glorificado.
El humanismo en sí parece bueno, sin embargo es un espíritu
diabólico, supongamos que alguien está enfermo y que el diablo entra en la
habitación y lo sana (que puede hacerlo)
¿Podríamos decir que el diablo hizo una “buena obra” porque curó al
enfermo? La respuesta es que no. Satanás nunca haría nada que pudiera
glorificar a Dios. De hecho, cualquier cosa que haga el maligno, por buena que
parezca, tiene un único fin: causar la ruina eterna de la persona a la que, en
apariencia, ha ayudado. ¡Ojo! Con esto,
aunque esté revestido de una apariencia de bondad, lo que no se hace para
gloria de Dios nunca traerá nada bueno.
Reconoce al Señor en todos tus caminos para que Él siempre
sea el glorificado. Que Dios nos ayude para que como dice su palabra: <1
CORINTIOS 10:31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo
para la gloria de Dios. 32 No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a
la iglesia de Dios; 33 como también yo en todas las cosas agrado a todos, no
procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos. >
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