Yo no soy perfecto; Soy
imperfecto en el amor; porque sólo amo a los que me gustan, cuando debería amar
a todos.
Soy imperfecto en mis
razonamientos, porque sólo entiendo lo que me conviene, y a veces pienso que la
razón me pertenece.
Soy imperfecto en la
comunicación; porque creo que sólo lo mío es importante, cuando hay tanto que
escuchar.
Soy imperfecto en mi
manera de ver; porque sólo le prestó atención a lo que para mí es bello, aun
sabiendo que todo tiene su lado hermoso.
Soy imperfecto en mi
manera de creer; porque creo lo que me interesa, y no sé esperar confiadamente.
Soy imperfecto en mi
madurez; porque me aferro sólo a lo que tengo y conozco, aun sabiendo que
desprendiéndome de esas cosas, será más fácil caminar hacia la grandeza.
Soy imperfecto a la hora
de bendecir al prójimo; porque me avergüenza que sepan que tengo fe, aun
sabiendo que cada vez que lo hago, sea de la forma que sea, mi corazón se
llena de gozo y de vida.
Señor, ayúdame a superar
mi imperfección, “Señor, yo no quiero
esta discapacidad en mí, quiero ver con tus ojos” ¡AYUDAME! (Salmo 27:1 El Señor es
mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi
vida; ¿quién podrá amedrentarme?)
Y yo se mi Señor que esta
es tu voluntad porque escrito esta: (1 Pedro 1:16 pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo.»)
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