Si no hubiese sido por mi necesidad, no
sabría lo que es pedirte... Si no hubieses permitido la enfermedad, no
conocería la sanidad... Si no hubiese sido por la preocupación, no sabría lo
que es confiar en Ti… Si no hubieses permitido la pobreza, no sabría lo que es
tu provisión…
Si no hubiese sido por la ofensa, no
sabría lo que es perdonar… Si no hubieses permitido el dolor, no conocería tu
consuelo… Si no hubiese sido por la angustia, no sabría lo que es tu paz. Si no
hubieses permitido el aguijón, no conocería la suficiencia de tu gracia… Si no
hubiese sido por el desacuerdo, no sabría lo que es someterme…
Si no hubieses permitido el obstáculo, no
conocería tu solución… Si no hubiese sido por llorar sobre tu hombro, no sabría
lo que es tu mano enjugando las lágrimas… Si no hubieses permitido las
dificultades, no conocería la fe en tus promesas…
Si no hubiese sido por la imposibilidad,
no sabría lo que es descansar en Ti… Si no hubieses permitido la muerte, no
sabría lo que es la vida eterna… Sin la oscuridad, no habría aprendido a vivir
por fe… Si no hubiese sido por el desierto, no sabría lo que son tus
manantiales…
Sin tus demoras, no habría aprendido a
esperar en Ti.
Sin las pruebas, no habría aprendido a
soportar con paciencia… Sin perdición, no hay salvación… ¿Quién como Tú? Si no
hubiese pasado todo esto, no te tendría como te tengo ahora… Sin mi debilidad,
no habría aprendido a vivir en tu poder…
<Deuteronomio 7:8 (TLA) Si Dios los
liberó de la esclavitud en Egipto, fue porque los ama. Con su gran poder
derrotó al rey de Egipto, y así cumplió su promesa a nuestros antepasados.>
<Romanos 8:28 (TLA) Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los
que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan.>
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