lunes, 16 de diciembre de 2013

DONDE ESTÁN TUS MANOS, SEÑOR

DONDE ESTÁN TUS MANOS, SEÑOR
Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil; cuando veo al prepotente pedante enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero y del campesino, carentes de recursos para defender sus derechos, me pregunto: ¿DONDE ESTARÁN LAS MANOS DE DIOS?
Cuando contemplo a esa anciana olvidada; cuando su mirada es nostalgia y balbucea todavía algunas palabras de amor por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿DONDE ESTARÁN LAS MANOS DE DIOS?
Cuando veo al moribundo en su agonía llena de dolor; cuando observo a su pareja y a sus hijos deseando no verle sufrir; cuando el sufrimiento es intolerable y su lecho se convierte en un grito de súplica de paz, me pregunto: ¿DONDE ESTARÁN LAS MANOS DE DIOS?
Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el alcohol, cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino, me pregunto: ¿DONDE ESTARÁN LAS MANOS DE DIOS?
Cuando a esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar su existencia y en su rostro se refleja ya el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca y se ciñe el vestido y sale su cuerpo a vender, me pregunto: ¿DONDE ESTARÁN LAS MANOS DE DIOS?
Después de tanto preguntarme, fui yo quien pregunto a Dios: “¿Dónde están tus manos, Señor? para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor a los olvidados", después de un largo silencio escuché una suave voz que me dijo, - Hijo, mis manos, mi mente y mi amor, están en ti, solo tienes que decidirte a comenzar.
Entonces comprendí que las manos de Dios son las tuyas y las mías", si escuchamos Su voz, Él nos va a guiar hacer su voluntad, llevar consuelo a los que sufren, a los enfermos, a los necesitados, a los que sufren de hambre y de frío, acudir a una a llamada no importando la hora.
Si puedes lograr ser las manos de Dios, las personas te verán como un ángel enviado por el mismo Señor. “Dios te bendecirá, porque habrás cumplido con su propósito”

Hoy al igual que ayer a todos aquellos que creemos en el Señor, no abra limitaciones en nuestras manos porque nuestras manos son las suyas.  <Génesis 39:3 Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.>

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