Una canción popular de hace veinte años decía: No puedes
agradar a todo el mundo, agrádate a ti mismo (Oh algo así)… Sin embargo, el
cristiano debe apuntar más alto: No intentes agradar a nadie más que al Señor,
Sigue sus pisadas y guarda sus mandamientos, esfuérzate al máximo por cumplir
su divina voluntad, agradar a Dios es nuestra meta.
El Señor nos pide definición o con El o en su contra, parece
tajante y radical y realmente lo es, la palabra nos enseña que no hay comunión
entre la luz y las tinieblas y Jesús decía < Mateo 6:24 Nadie puede servir a
dos señores, porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y
despreciará al otro.> Dios no tiene cabida para los tibios.
Es imposible tratar de agradar a todo el mundo Tú de quien
eres siervo ¿del mundo o de Cristo? <
Romanos 14:18 Porque el que de esta manera sirve a Cristo, es aceptable a Dios
y aprobado por los hombres.>
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