El mundo valora más la fachada que el interior, nos importa más
lo que opina la sociedad de nosotros que nosotros mismos de nuestra propia
vida.
Nadie puede llegar a ser feliz queriendo ser otro que no es.,
amate y acéptate. <1 Pedro 3:3-4. Vuestro atavío no sea el externo… sino el
interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y
apacible, que es de grande estima delante de Dios>.
Para Dios, la verdadera belleza es la interior, recuerda la
estatura y el físico de Eliab, hermano mayor de David, no impresiono a Dios: <1
Samuel 16:7 “El Señor no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que
está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón”>.
Dios no busca tu apariencia, si no tu corazón y recuerda que tu
reputación en el mundo ante Dios no vale, su palabra te aconseja:
<Proverbios 4:13 (TLA) Acepta mis enseñanzas y no te apartes de ellas;
cuídalas mucho, que de ellas depende tu vida.>
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