¿Sabes cómo se cazan a los monos en África? Tienen una
manera muy ingeniosa.
Atan bien fuerte al árbol una bolsa de piel con arroz, la
comida favorita del mono. En la bolsa hay un agujero de tamaño tal que por allí
pueda pasar justamente la mano del mono, pero una vez lleno el puño de arroz,
no pueda sacarla de nuevo….¡Pobre mono! Va al árbol, mete la mano en la bolsa y
la llena con la exquisita comida. Sí, pero… no puede sacar el puño a menos que
abra la mano.
En ese momento sale del escondrijo el cazador; el pobre mono
grita, salta, se debate… en vano. El cazador lo apresa. Y sin embargo, el tonto
mono no hubiera tenido más que abrir la mano y soltar el botín, y estaba a
salvo. ¡Ah, sí! Pero prefiere el cautiverio, prefiere la muerte, antes que
desprenderse del botín.
En el terreno espiritual al hombre le ocurre igual, ¡cuidado
hijo! Nos dice el Señor, que no te aprisione también a ti el amor ávido por las
cosas materiales y te arrastren a sus cárceles las negras pasiones. <1
Timoteo 6:9 (TLA) Pero los que sólo piensan en ser ricos caen en las trampas de
Satanás. Son tentados a hacer cosas tontas y perjudiciales, que terminan por
destruirlos totalmente.>
Oro… Señor, dame sabiduría, plena confianza que al soltar el
pecado, Tú estarás presto para liberarme con tu grandioso amor. Señor dame
fortaleza para abrir mi mano, soltar el pecado y sacarla de la trampa que me
tiene esclavo y alejado de Ti mi Señor Jesús.
<2 Timoteo 2:26 (TLA) Se darán cuenta entonces de que
cayeron en una trampa del diablo, y lograrán escapar. Por el momento, el diablo
los tiene prisioneros y hace con ellos lo que quiere.>
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