Declara que algo bueno, agradable y maravilloso ha venido a
tu vida y que nadie te lo quitará, porque Dios te redimió y hoy todo cambia
porque confías en Él.
Recuerda lo que nos espera a los que confiamos en el Señor: <ISAIAS
35:10 “Los que el Señor ha redimido; entrarán en Sion con cantos de alegría, y
siempre vivirán alegres. Hallarán felicidad y dicha, y desaparecerán el llanto
y el dolor”.>
Muéstrales a los demás que teniendo a Cristo se es feliz y
no existe lugar en tu vida para la tristeza, el luto, la soledad, porque Él es
la plenitud que llena nuestra vida en todo. ¡Sé feliz! Grita, salta y que nadie
te reprima, porque eres libre para expresar Su victoria.
<SALMO 39:6… Ciertamente como una sombra es el hombre;
ciertamente en vano se afana; amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.>
asique vivamos confiadamente bajo la mano del Señor, el cual está por nosotros
y no nos dejara nunca, nuestra alma está sustentada. ¡Aleluya, aleluya, Gloria
al Señor!
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