Señor siempre me acordare de donde
tu me sacaste y siempre tendré presente por quien vivo hoy, lo eres todo para
mi en ti estoy bendecido.
Él Señor, roca mía y castillo mío, y
mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en Él confiaré; Mi escudo, y la fuerza
de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré al Señor, quien es digno de ser
alabado, Y seré salvo de mis enemigos. Me rodearon ligaduras de muerte, y
torrentes de perversidad me atemorizaron. Ligaduras de la tumba me rodearon, me
tendieron lazos de muerte. En mi angustia invoqué al Señor, Y clamé a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
(Salmo 18:2-6)
(Salmo 18:2-6)
Nunca Señor me permitas desconectarme
de tu presencia, que mi comunión contigo no pase nunca. Amen.
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