Cuando nos
consagramos a Cristo, a la gente puede parecerle que estamos desperdiciando
nuestra vida. Pero el Señor dijo que solo cuando perdemos por Su causa,
encontraremos la vida verdadera
Mateo 10:39 El que halla su vida, la
perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.
La tentación
que todos nosotros tenemos es la de aferrarnos a la propia vida intentando
evitar el dolor y la perdida de una vida de entrega total. Pero este es el peor
desperdicio de la vida – malgastarla en la gratificación del yo-. El mayor uso
de una vida es gastarla en el servicio de Cristo.
Jesús nos
enseña a medir nuestra vida por las perdidas y no por las ganancias, por los
sacrificios y no por la auto conservación, por el tiempo que dedicamos a los
demás y no por el que derrochamos en nosotros mismos, por el amor que damos a
no por el que recibimos.
Es una regla
de vida: Dios bendice a aquellos que dan sus vidas y recursos.
2ª CORINTIOS. 9.6: Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará
escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
Entrega la
verdad que conoces, Él te dará mucho más para dar. Da de tu tiempo y tendrás más
tiempo para dar. No `pongas limites a tu amor y poseerás mas para los demás que
antes.
El sabio de
Israel dijo: “Hay quienes reparten, y les es añadido mas...”
PROVERBIOS 11:24 Hay quienes reparten, y les es
añadido más; Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a
pobreza. 11:25 El alma generosa será
prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.
Es una de
las paradojas más viejas del mundo, pero da resultado.
Por tanto debemos tener presente lo siguiente CUANDO
GUARDAS, PIERDES; CUANDO DAS A DIOS, GANAS.
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