ECLESIASTES 3:1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se
quiere debajo del cielo tiene su hora.
Prefiero que compartas conmigo unos pocos minutos ahora que
estoy vivo y no una noche entera cuando yo muera.
Prefiero que estreches suavemente mi mano ahora que estoy
vivo, y no apoyes tu cuerpo sobre mí cuando yo muera.
Prefiero que hagas una sola llamada ahora que estoy vivo y
no emprendas un inesperado viaje cuando yo muera.
Prefiero que me regales una sola flor ahora que estoy vivo y
no me envíes un hermoso ramo cuando yo muera.
Prefiero que elevemos una corta oración ahora que estoy vivo
y no una misa cantada e interminable cuando yo muera.
Prefiero que me digas unas palabras de aliento ahora que
estoy vivo y no un desgarrador poema cuando yo muera.
Prefiero escuchar un solo acorde de guitarra ahora que estoy
vivo, y no una conmovedora serenata cuando yo muera.
Prefiero que me dediques una leve plegaria ahora que estoy
vivo y no un poético epitafio sobre mi tumba cuando yo muera.
Prefiero que poses tu mano sobre mi hombro ahora que estoy
vivo y no que solo esperes cargar mi ataúd sobre tu hombro cuando yo muera...
Prefiero apreciar contigo una flor que está naciendo ahora
que estoy vivo y no grandes coronas de flores que adornarán la tristeza cuando
yo muera...
Prefiero disfrutar de los más mínimos detalles ahora que
estoy vivo y no de grandes manifestaciones cuando yo muera...
¿Cuánto tiempo les has dedicado estos días a tus viejitos? Este
es el momento de poder disfrutar un cafecito, un atardecer, una caminata o una
simple llamada para demostrarles a todos cuántos los amas. Estas a tiempo, no
pierdas este instante y demuéstrales lo mucho que los amas. Hazlo YA! (De
Renuevo de Plenitud)
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