viernes, 6 de septiembre de 2013

CONCIENCIA TU ELIGES

CONCIENCIA TU ELIGES
En nuestra mente se libra permanentemente, una batalla entre el «bien» y el «mal». Los dos quieren tener el control; el «bien» quiere lograr que hagas las cosas de tal manera que llegues a ser una persona íntegra, respetable, con valores y moral; pero el «mal» quiere empujarte a lo peor. Su deseo es que llegues a ser un ladrón, asesino, drogadicto, alcohólico, estafador, mentiroso, maldiciente, calumniador. Que odies aún a tus seres queridos, que no tengas compasión, ni sentimientos por nada ni por nadie. En definitiva, quiere hacer de ti un ser destructivo y auto destructivo.
Aunque te parezca irreal, todo esto ocurre en nuestra mente. Luego depende absolutamente de nosotros tomar la decisión final, es decir, ejercitar la voluntad y determinar a quién obedecemos.
Si seguimos las instrucciones del «bien» viviremos de manera transparente, nos moveremos por amor y sentiremos paz en nuestro corazón. Pero tomar esta decisión no es tan fácil, porque tu propio entorno, tus amigos y compañeros, pondrán infinidad de razones para hacerte ver, que lo que estás haciendo son puras tonterías y te dirán que «tienes que disfrutar de la vida», «no hay nada malo en eso», «los demás lo hacen» cualquier cosa para que sigas los consejos del «mal». Incluso te dirán que es la única manera de evitar los sufrimientos innecesarios y ser feliz.
No creo que haga falta decirte de dónde vienen los pensamientos y razonamientos que nos impulsan al «mal». Pero lo que sí quiero decirte, es que nuestra conciencia debe ser permeable a todo lo que venga de parte de Dios. Es decir: vivir de acuerdo a esos buenos pensamientos y principios que aparecen en nuestra mente y que nos impulsan a todo lo bueno, porque además de ayudarnos a vivir de la mejor forma posible, nos ayudarán a ir desplazando esas tentaciones que tarde o temprano tienen graves consecuencias.

Consejo de la palabra de Dios: Filipenses 4:7 Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. 8 Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza.

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