No puedes obligarte a ti mismo a sentir algo que no sientes,
pero si puedes obligarte a hacer el bien, a pesar de lo que sientes.
Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el
nuestro. Porque como dice el filósofo, el egoísmo no reprochable es este:
desear que a todos todo les vaya muy bien, para que así a mí me vaya mejor.
Esfuérzate en hacer las cosas bien, porque cada día
mejoraras un poquito. (Josué 1:9 Mira que te mando que te esfuerces y seas
valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en
dondequiera que vayas.) Y esta si es la voluntad de Dios para nuestras vidas,
él quiere transformarnos y sacar de nosotros lo mejor, y Él va a capacitarte y
darte la herramienta que necesites para lograrlo, pero tú tienes que hacerlo.
Una de sus promesas en la palabra nos dice: (Juan14:16 Y yo
rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para
siempre) el Espíritu Santo nos reviste de Poder y si el con nosotros ¿quién en
contra? Solo quiere que en Fe y Obra nos esforcemos lo demás es cosa suya.
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