Mucha gente vive marginada y juzgada por lo que hacen o lo
que hicieron, nuestra tendencia humana es a desahuciar personas, dar por casos
perdidos a los demás, en lugar de mirar más allá de lo que todos ven y
extenderles la mano ¿acaso Jesús haría lo mismo?
Recuerda lo que Jesús hace con los perdidos, un buen ejemplo
tenemos en: <Lucas 19:5 (NVT) Cuando Jesús pasó, miró a Zaqueo y lo llamó
por su nombre: « ¡Zaqueo! —Le dijo—, ¡baja enseguida! Debo hospedarme hoy en tu
casa»> hoy Jesús sigue llamando a los extraviados ¡nosotros su Iglesia!
¿Hacemos lo mismo?
Y Aunque la gente murmuraba Jesús no hizo caso a la
multitud, sino que fue a su casa. Esa actitud de Jesús, de mostrar interés en
Zaqueo y no juzgarlo ni tratarlo mal fue lo que cambió la vida de este pecador,
Zaqueo reconoció su pecado y quiso rectificar el mal que había hecho, ese día
llegó la salvación a su casa… hoy no es diferente para ningún otro y Dios
cumple, pero nosotros su Iglesia ¿hacemos igual o marcamos para siempre?
¡Reflexiona Iglesia!
Esa persona podría estar en tu misma casa, podría ser un
hijo, un padre, un sobrino o un amigo que por su actitud y sus constantes
errores ha hecho que olvides quién es realmente y lo único que ves es a un
pecador.
Ahora intenta mirar con los ojos de Jesús, ¿Qué ves en esa
persona? Es tiempo de mostrar el amor y la misericordia de Jesús, de buscar en
las personas aquello que ve Jesús. Ninguno de nosotros es perfecto y aun así
Jesús levantó su mirada y nos pide hoy que le abramos el corazón (nuestras
casas). <Apocalipsis 3:20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno
oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.>
Tenemos un Dios todopoderoso Dios de oportunidades al él sea
la Gloria Amen.
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