martes, 31 de enero de 2012

MISERICORDIA QUIERO

Mateo 9: 11 Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? 12 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de medico, sino los enfermos. 13 Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento. Cuantas veces vemos a hermanos en la fe caer de la gracia, pero en lugar de ayudarlos a levantarse, comenzamos a murmurar, a verlo como a un ser despreciable, es como si viendo su derrota nosotros nos sintiéramos mas grande. Nos preguntamos, como ha sido capaz de hacer algo así? Nos parece increíble, se lo comentamos a todo el que podemos, como hacían los romanos que se gozaban, se entretenían con el sufrimiento de los cristianos. Así hacemos nosotros con nuestras palabras, aun cuando estamos en casa y solo, según nosotros, lo estamos hablando confidencialmente. Nuestras palabras se vuelven maldiciones. Repetimos una y otra vez la ofensa del hermano, decimos palabras de condenación sobre el, le juzgamos. Al igual que los crueles soldados romanos, nos gozamos con la tragedia ajena, y aun muchos dan la señal de muerte sobre esa vida, con palabras como estas: Nunca mas volverá a ser el mismo! Otros se llenan la boca diciendo que es una pena, que es una tristeza, pero por dentro se gozan, porque este era el hermano que le estaba haciendo la guerra dentro de la iglesia, o pertenecía al otro grupo, o sencillamente se merece lo que le esta pasando. Y vemos como el sano esta mas enfermo que el caído. Los fariseos se molestaron con Jesús. Este hombre según ellos no tenia discernimiento. Y yo querido amigo y hermano te quiero decir, que estos los de la historia se equivocan, la palabra de Dios bien claro dice: todos los días son hechas nuevas su misericordias, hay esperanza aprovéchala hoy. Algunos pierden tanto tiempo viendo al caído, hablando del caído, que se olvidan que mi Cristo es un experto levantando muertos, aleluya, levantando paralíticos, multiplicando fuerzas; cuando la gente esta viendo al caído, el esta viendo el milagro, el testimonio de su poder manifestado. ¿Crees tu en el Hijo de Dios? No, no es una pregunta mas, no son palabras retoricas. ¿Crees tu en el Hijo de Dios? O solo es una doctrina, o solo es un ministerio, o solo es lo que has predicado tantas veces, o oído tantas veces. ¿Crees tu en el Hijo de Dios? Responde: Si Señor Jesús, yo creo que tu eres el hijo de Dios, el Mesías, mi Salvador, mi Jesús, Permíteme en esta noche adorarte.

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