Ayer compartiendo con unos hermanos en una reunión, una vez más
El Señor volvió a beneficiarnos a todos los presentes, su presencia estaba
llenando el lugar, todos percibíamos su presencia y nos gozábamos en ello.
Llegamos todos, unos con preocupaciones y otros con otro
tipo de dificultades tanto de salud como espirituales., en la reunión yo sé que
cada uno recibió su porción, pero Yo te comparto hoy la mía:
El desánimo está atacando al grupo nuevo de evangelismo queriendo
disipar todo proyecto y haciéndonos que la labor aun sea más costosa,
haciéndonos creer que es en vano la tarea, viendo que los frutos se tardan
haciéndonos perder el objetivo real y como consecuencia trayendo dejadez y
desanimo. Por eso ayer El Señor me trajo renuevo, palabra de aliento a través
de los hermanos.
Me dijo a través de su palabra: <ISAIAS 43:19. He aquí
que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré
camino en el desierto, y ríos en la soledad.>
Una vez más me dije: Si perseveramos y esperamos en Fe, Él
nos abrirá el camino y su poder y gloria será manifiesta, yo tengo esa
confianza como cierta pues no será ni la primera ni la última vez que El Señor
fiel a sus promesas. ¡Aleluya Y Amen! Yo y el grupo así lo creemos.
Y el Señor una palabra más nos dejó: <ISAIAS 43:10,11 y
12. Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para
que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue
formado dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay
quien salve. Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios
ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.>
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