Algunos cristianos limitan a Dios a un edificio y se sienten
más cercanos a Dios en un edificio y a esto le llamamos iglesia, ¡que error!
Pues El no solo está en el local de culto, si no que Él es plenitud llenando
todo lugar, incluso los más íntimos, para El no hay secretos.
Mira lo que la palabra dice a través de Salomón que bien sabía
que el Señor le escuchaba allá donde estuviere, Salomón sabía qué hasta sus
pensamientos el Señor los oía por eso se expresaba así: <1 REYES 8:27 Pero
¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos
de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he
edificado?>
Encasillar a Dios en lugares concretos y en tiempos
concretos es un error, la presencia de Dios no está limitada ni por el lugar,
ni por el tiempo, también Isaías nos lo dice: <ISAIAS 57:15 Porque así dijo
el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo
habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu,
para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de
los quebrantados.>
De nada sirve ir al edificio llamado iglesia a buscar a Dios
si en tu corazón no lo llevas contigo, tú eres el templo de Dios, en la iglesia
(edificio) busquemos la comunión con su pueblo escuchando o compartiendo y
gozándote edificándonos en él y Glorificando su nombre.
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