miércoles, 2 de mayo de 2012

CUANDO CERRAR LA BOCA


”Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos”. Prov. 16:24
A nadie le gusta que le griten o traten mal. Por naturaleza hemos sido formados para ser tratados bien. Lamentablemente, en nuestra sociedad, encontramos personas que dondequiera que están reparten latigazos con su lengua lastimando a los oyentes.
Esto sucede a menudo en la familia, en el barrio, en el trabajo y hasta en la iglesia. Esto nos pasa a nosotros, en momentos de tensión, donde no medimos las palabras y lastimamos aún a los seres que más amamos.
La Biblia nos dice que las palabras suaves son dulces como un panal lleno de rica miel, y que éllas suavizan el alma y son un remedio a los huesos. Hacer lo contrario implica lastimar el alma y enfermar los huesos.
Antes de hablar hagamos un alto y midamos la calidad de nuestros dichos, para saber si vienen cargadas de dulzura y bendición. De no ser así mejor cerremos nuestra boca, porque lo que digamos hará un mal irreparable y destruirá al oyente.
ORACION: Mi Dios. En este momento renuncio a todo vocabulario mal intencionado y dañino que ha gobernado mis palabras. Señor, produce un cambio en mi lenguaje para que mis palabras sean dulces y de bendición para los demás. Hazlo Jesús para poder de esta manera glorificarte. En Tu Nombre, muchas gracias. ¡Amén! De versículo del dia

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