Génesis. 19:15. Y, al rayar el alba, los
ángeles daban prisa a Lot…
¿Eran estos personajes ángeles o
apariencias visibles de las personas divinas? No importa, eran mensajeros de
salvación enviados por el Todopoderoso Invisible, y nos enseñan cómo tenemos que
tratar a los hombres para moverles y bendecirles. Imaginaos a los dos ángeles
detrás del grupo familiar empujándolos, con sus dos brazos, por las espaldas
para sacar a Lot, su esposa y sus dos hijas del gran peligro que ellos conocían
estaban por llegar.
Las almas necesitan ser empujadas y los
pecadores necesitan ser apresurados.
Los incrédulos son muy lentos y propios a
demorarse, se hallan establecidos en la Sodoma del pecado, no creen nuestras
advertencias. <Génesis: 19:14 Entonces salió Lot y habló a sus
yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este
lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como
que se burlaba.>
Las almas se entretienen en el gran engaño
del mundo para su ruina y es nuestro deber apresurarles, debemos ser nosotros
insistentes como lo fueron los ángeles debemos ser pacientes y repetir nuestros
ruegos, no dejemos de hostigarles es para su salvación. Tienen que saber de su
inminente peligro, si se entretienen ¡mañana
puede ser tarde!
«Hermano --dijo cierto hombre
moribundo---, ¿por qué no fuiste más insistente con respecto a mi alma?»
«Querido replicó el hermano-, yo le he hablado diversas veces.» ¡Sí ¡fue la
respuesta, No tengo que reprocharte esto, pero siempre que me hablabas ¡era con
tanta cautela! Yo quisiera que me hubieses cogido por el cuello y me hubieses
hecho poner de rodillas, pues yo he sido tan descuidado que necesitaba esto
para no despertar de mi sueño en el infierno.
Los ángeles insistieron y Lot reacciono
aun con muchas cuestiones salió de la ciudad él y su familia, solo tenían que
seguir unas órdenes y aun así la mujer de Lot no obedeció. (Génesis 19:26)
Insistamos porque la carne es débil y
pensamos que a nosotros no nos vendrá, hasta que viene, recuerda la palabra nos
insta a: <Marcos 13:33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo
será el tiempo. >
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