Un profesor universitario soñó que se encontraba con Dios y
decidió preguntarle el motivo por el cual nunca había sido feliz en su vida, a
pesar de su exitosa carrera y sus conocimientos.
Dios le dijo
entonces: Sé que eres un profesor con una gran trayectoria, así que te
resultará fácil decirme cuáles son las tres primeras personas en la gramática.
El profesor se sorprendió de aquella pregunta y respondió:
Pues eso es muy fácil para una persona con mis conocimientos son: YO, TU y ÉL.
Dios le dijo: Ves,
ese es el problema, aún con tus conocimientos lo has dicho al revés y esa es la
causa de tu infelicidad.
El orden correcto es:
ÉL, refiriéndote a mí para que yo sea el primero en tu vida. TU, para que el
prójimo, después de mí, sea lo más importante en tu vida. Y finalmente viene el
YO.
“Cuando YO sea el
centro de tu vida y seas de bendición a tu prójimo, entonces, sin que ocurra
nada especial, un día te darás cuenta de que ya eres feliz”
<Mateo 22:37-40 (TLA) Jesús le respondió: —El primer
mandamiento, y el más importante, es el que dice así: “Ama a tu Dios con todo
lo que piensas y con todo lo que eres.” Y el segundo mandamiento en importancia
es parecido a ése, y dice así: “Cada uno debe amar a su prójimo como se ama a
sí mismo.” Toda la enseñanza de la Biblia se basa en estos dos
mandamientos.>
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