domingo, 29 de junio de 2014

¿POR QUÉ HE DE PREOCUPARME?

¿POR QUÉ HE DE PREOCUPARME?
Tengo que reconocerlo que no eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más. ¿Por qué he de preocuparme? No es asunto mío pensar en mí. Asunto mío es pensar en Dios, porque Dios ya piensa en mí.
Así dice El Señor: <Jeremías 31:28 (TLA) Así como antes me dediqué a derribarlos, arrancarlos y destruirlos, ahora me dedicaré a plantarlos, reconstruirlos y ayudarlos a crecer.>
Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas. Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas. <Lucas 12:24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?>

Déjate llevar por Él al remanso de paz que te tiene preparado. Reposar en el Señor te brinda una serenidad y una paz insustituibles.

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