Muy pocos buscan problemas. Lógicamente, no le pedimos a
Dios que nos los mande. Pero quizás deberíamos hacerlo.
Thomas Wylie, de Westminster (Maryland) que visitó Biosfera
2 (hábitat biológico de Arizona creado por el hombre), me envió una interesante nota. Durante el
paseo, el guía explicó que, por un descuido de los diseñadores, no se crearon
las condiciones para que hubiera viento. Sin aire que circulara, surgía un
problema: los árboles crecían hasta cierta altura y luego caían por su propio
peso. La falta de viento impedía que desarrollaran raíces extensas y profundas.
Wylie explicó que esta observación lo llevó a darse cuenta
de que sin los vientos de la adversidad no podemos crecer espiritualmente ni
llegar a ser lo que Dios quiere de nosotros, porque nos desplomaríamos. Estoy
de acuerdo. Los campeones no se hacen en un lecho de plumas.
Aunque no entendamos Sus pensamientos, podemos confiar sin
ningún tipo de duda en Su sabiduría.
<1 Tesalonicenses 3:3 (TLA) así las dificultades y
problemas que ustedes afrontan no los harán dudar. Ustedes saben que tenemos
que hacer frente a esos problemas.>
<1 Pedro 4:12-13 (TLA) Queridos hermanos en Cristo, no se
sorprendan si tienen que afrontar problemas que pongan a prueba su confianza en
Dios. Eso no es nada extraño. Al contrario, alégrense de poder sufrir como
Cristo sufrió, para que también se alegren cuando Cristo regrese y muestre su
gloria y su poder.>
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