Siempre se ha dicho que el dinero hace la felicidad o por lo
menos ayuda. Pero ni siquiera eso… Aquí tenemos dos casos para contradecir esta
creencia:
Tenemos el caso de Michael Jackson. Uno de los hombres más
ricos del mundo, todo lo que deseaba lo podía tener, aunque costara millones de
dólares. Cualquier capricho que tuviera lo podía conseguir en pocos minutos. Y
en internet se pueden ver las fotos de su fastuosa mansión.
¿Qué podría faltarle a Michael Jackson, que necesitaba
anestesiarse para poder dormir? El equipo de médicos forense encargado de
hacerle la autopsia, informó lo siguiente: Michael Jackson murió de una
intoxicación aguda del anestésico propofol. En su cuerpo encontraron una
cantidad de anestesia similar a la que se usaría para realizar una delicada y
larga operación.
También hace un tiempo su hija Paris, una preciosa
adolescente de 15 años, intentó suicidarse. ¿Qué le puede faltar a una joven
como ella, que acaba de heredar una de las mayores fortunas del mundo?
En ambos casos y tantos otros, las riquezas no le sirvieron
de nada… «Hay muchas personas en este mundo que son tan pobres, que lo único
que tienen es dinero» la palabra mira que dice de ellos: <Salmos 49:6 Los
que confían en sus bienes, Y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan, 7
Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni dar a Dios su
rescate 8 (Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se logrará
jamás),>
David sabía que sin El Señor, el nada era aun siendo Rey.
<Salmos 16:2 Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí
bien fuera de ti.> David pedía con
ruego… <Salmos 51:11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu
santo Espíritu.>
Porque solo su Espíritu es quien nos completa… <Salmos
16:11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.>
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