Un hombre encontró un capullo de una mariposa y lo llevó
a su casa para observar a la mariposa cuando saliera del capullo.
Un día notó un pequeño orificio en el capullo, y entonces
se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por poder
salir. El hombre la vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a
través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber
cesado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento. Parecía
como que se había atascado.
Entonces el hombre, sintiendo lástima, decidió ayudar a
la mariposa y con una pequeña tijera corto al lado del agujero para hacerlo más
grande, y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin
embargo, cuando salió la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas
pequeñas y dobladas.
El hombre continuó observando, pues esperaba que en
cualquier instante, las alas se desdoblaran y crecieran lo suficiente para
soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba.
Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa solamente podía
arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas. Jamás
logró volar.
Lo que el hombre, en su bondad y apuro, no entendió fue
que la restricción de la apertura del capullo y el esfuerzo de la mariposa por
salir por el diminuto agujero, eran parte natural del proceso que forzaba
fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que alcanzasen el tamaño
y fortaleza requeridos para volar.
Al privar a la mariposa de la lucha, también le fue
privado su desarrollo normal.
Si se nos permitiese progresar en todo sin obstáculos,
nos convertiríamos en inválidos. No podríamos crecer y ser tan fuertes como
podríamos haberlo sido a través del esfuerzo y la constancia. ¡Cuánta
verdad hay en esto!
Cuantas veces hemos querido tomar el camino fácil para
salir de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el esfuerzo para
encontrarnos al final un resultado insatisfactorio, y a veces desastroso. ¡Sí,
luchemos y esforcémonos por alcanzar metas! (De historias positivas).
Que verdad mas grande, por eso la palabra de Dios nos
exhorta a que creyéndole avancemos a delante sin temor y dice que a los tales
(los creyentes) estos heredaran todas sus promesas. Yo lo creo. Apocalipsis
3:5. A los que triunfen sobre las dificultades y mantengan su
confianza en mí, los vestiré con ropas blancas, y no borraré sus nombres del
libro de la vida.
Josué 1:9»Yo te pido que seas fuerte y
valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te
ayudaré por dondequiera que vayas.
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