miércoles, 8 de febrero de 2012

NUEVOS HEREDEROS

Se trata de una relación completamente nueva. Para ser un hijo de Dios, Jesús dice que es necesario “nacer de nuevo”. “Los que creen en su nombre”, cualquiera sea su nacionalidad, pasan a ser hijos de Dios; y él quiere reunirlos (Juan 11:52). Cuando Jesús salió de la tumba, envió a decir a sus discípulos: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre” (Juan 20:17). “Ahora somos hijos de Dios” (1 Juan 3:2). Hoy Dios ofrece el gozo de ser su hijo a todo aquel que cree en Jesús.
Pero también leemos: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados… de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:11-13).

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