¡Los científicos dicen que no puede ocurrir! ¡Es imposible! La teoría de la aerodinámica
es muy clara. Entonces Los abejorros no pueden volar y vuelan.
Se debe al tamaño, el peso y la forma del cuerpo del
abejorro no está en relación al tamaño de sus alas, lo que, aerodinámicamente,
hace imposible que pueda volar. El abejorro es demasiado pesado, ancho y largo
para volar con alas tan pequeñas. “Sin embargo, el abejorro sabe todas esas
proporciones y datos científicos y vuela.”
Dios creó al abejorro y le enseñó a volar. Obviamente que el
abejorro no le preguntó a Dios sobre el problema de la aerodinámica. Él,
simplemente, voló. Tampoco le preguntó a Dios si sabía lo que estaba
haciendo. Él, simplemente, voló. No se preguntó si Dios lo amaba, al darle
esas alas tan pequeñas. Él, simplemente,
voló.
Cuando Dios nos creó nos equipó para la vida que tenemos por
delante. Dios sabe los planes que tiene
para nuestra vida. (ISAIAS 55: 8-9 TLA. Dios dijo: «Yo no pienso como piensan
ustedes ni actúo como ustedes actúan. Mis pensamientos y mis acciones están muy
por encima de lo que ustedes piensan y hacen: ¡están más altos que los cielos!
Les juro que así es».)
Como nos ama, nos prometió estar con nosotros, enseñarnos,
guiarnos, ser nuestra roca. Todo lo que
tenemos que hacer es confiar y obedecer. Dios no está limitado por nuestra
comprensión de cómo suceden las cosas. Sólo porque no vemos algo, no significa
que no sea real. (JEREMIAS 29:11 TLV. Mis planes para ustedes solamente yo los
sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de
bienestar.)
La fe es, verdaderamente, la sustancia de las cosas que no
se ven. A veces, la vida es inexplicable
y sucede lo imposible. Y el hecho de que no entendamos cómo se hace algo, no
significa que el Dios Todo poderoso no pueda hacerlo. (MATEO 19: 26 TLV. Y
mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios
todo es posible.)
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