martes, 13 de noviembre de 2012

DESEANDO, ANHELANDO LA MANO DE DIOS


DESEANDO, ANHELANDO LA MANO DE DIOS
"y si tu mano estuviera conmigo". Gloria a Cristo, hermanos. Hay unas cosas bien poderosas en estas palabras: “y si tu mano estuviera conmigo”. Conozco gentes que se levantan desde muy de madrugada, y trabajan hasta que se oculta el sol y más allá, trabajando arduamente, trabajan duro, y nunca tienen nada. Y lo que tienen se va, se evapora.
Jabes sabía que tenía que depender de Dios para que prosperara la obra que hacía. Necesitaba que Dios estuviera laborando  con él en todo lo que se proponía hacer. Sin la mano de Dios, todo lo que tú hagas, aún para Dios, puede ser vano. Escucha: Lo que tú hagas aún para Dios, sino esta la mano de Dios contigo, no prosperará y no fructificará.
 Jabes  oró: …“Si tu mano estuviera conmigo”… 1 CRÓNICAS 4:10, necesitaba que Dios actuara en él, que Dios actuara con él. Que cuando él caminara era porque Dios estaba caminando con él. Que cuando hiciera algo para Dios, Dios estuviera en el asunto. Por eso Moisés también dijo: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.”  Y cuantas veces nosotros salimos a hacer sin que Dios esté con nosotros, aunque tengas la buena intención, y puedes querer hacerlo para Dios, pero nunca prosperará como debe prosperar. 
Ya sabes recuerda sin Dios nada podemos. (SALMO 127:1 Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican;…) Y JESUS dice: (JUAN 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer).

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