Un escritor estaba en su casa de playa escribiendo una
novela. - Sólo me falta el final… pero… ¿qué ponerle, cómo puede acabar
esta historia? Todas las mañanas, el escritor, para inspirarse, salía a
pasear por la orilla antes de empezar su trabajo. - ¿Qué será aquello que se mueve? A lo
lejos, un joven parecía estar. Bailando... Corría hacia el mar, levantaba los
brazos, daba la vuelta y volvía a repetir el movimiento una y otra vez- ¿Qué
estará haciendo ese muchacho? Iré a ver…
El escritor caminó hacia el joven y vio que estaba
recogiendo algo de la arena y luego lo echaba al agua. - ¿Estrellas de
mar? Ya más cerca, observó que el joven tomaba estrellas de mar y corría
hasta el agua para arrojarlas tan lejos como pudiera.
Buen día, muchacho. ¿Qué estás haciendo? Salvo
estrellas de mar. ¿Cómo que salvas estrellas? Sí, la marea de la
noche las bota aquí en la arena. Cuando amanece, yo las devuelvo al mar, antes
que el sol las achicharre y se mueran. Pero eso no tiene sentido,
muchacho. En estos momentos debe haber miles, millones de estrellas que
quedaron fuera del agua.
¿Y? ¡Jamás podrás salvarlas a todas!... No tiene
sentido. El joven se detuvo sólo un instante, miró la estrella que
llevaba en la mano, giró, y con un movimiento parecido a un baile, la devolvió
al océano. Luego, le dedicó al escritor su mejor sonrisa… Para esa
estrella… sí tuvo sentido.
El joven, entusiasmado, continuó la tarea. El escritor
movió su cabeza, completó la caminata y fue a continuar su novela. Sin embargo,
algo lo inquietaba, lo distraía… "Para esa estrella… sí tuvo
sentido".
A la mañana siguiente, muy temprano, unos pescadores
vieron con asombro a dos personas, una mayor y otra más joven, que parecían
bailar junto a la playa... Corrían hacia el mar, levantaban los brazos, daban
la vuelta, y volvían a repetir el movimiento una y otra vez...
*La unión hace fuerza tanto naturalmente como
espiritualmente y sabemos que al enemigo le interesa dividir, ¡que sepas! Amigo
y hermano somos útiles para el plan de Dios. “recuerda id y predicar a toda
criatura, anunciar las buenas nuevas que habéis recibido, ya sabes que si un
pecador se arrepiente en el cielo hay fiesta.
EFESIOS 2: 19 Por eso, ante Dios
ustedes ya no son extranjeros. Al contrario, ahora forman parte de su pueblo y
tienen todos los derechos; ahora son de la familia de Dios. 20Todos
los miembros de la iglesia son como un edificio, el cual está construido
sobre la enseñanza de los apóstoles y los profetas. En ese
edificio Jesucristo es la piedra principal. 21Es él quien mantiene
firme todo el edificio y quien lo hace crecer, para que llegue a formar un
templo dedicado al Señor. 22Por su unión con Jesucristo, ustedes
también forman parte de ese edificio, en donde Dios habita por medio de su
Espíritu. HECHEMOS ESTRELLAS AL MAR, SIGAMOS EDIFICANDO
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